La tecnología se convierte en mobiliario; un invento llamativo se convierte en un elegante objeto de diseño interior. Ludwig Mies van der Rohe fue el primero en dotar a la silla oscilante de ligereza estética y en relacionarla con su entorno con líneas curvas. En el período previo a la exposición de la finca Weissenhof, que él organizó, Mies van der Rohe se familiarizó con el principio de la silla oscilante gracias a Mart Stam. Por nuevo que sea este enfoque, Mies van der Rohe no se impresionó con su primera aplicación por parte de Stam. Respondió inmediatamente a la innovación tecnológica con su propia solución estética, que pudo presentar en 1927.

La S 533 es una de las primeras sillas en voladizo, y define el entorno con su gran forma tubular de acero circular elegantemente curvada. La restricción de los materiales, la elegancia de las líneas y la transparencia en su efecto son las características de la S 533. Debe su excepcional comodidad a su capacidad de ajustarse constantemente a las posiciones a través de la flexión. Aunque la mayoría de los diseños de principios de los años 20 subrayan los aspectos funcionales con énfasis en la simplicidad, la firma del arquitecto se puede sentir en este sillón: El diseño intencionalmente lujoso de Mies van der Rohe combina funcionalidad, comodidad y estética atemporal. El S 533 representa un cambio en la percepción de la calidad.